La resistencia al cambio

¿Si ya funciona, para que cambiarlo? Es algo con lo que me estoy encontrando cada día en esta nueva etapa. Hay muchos profesionales resistentes a cambiar sus formas de hacer, maneras de trabajar que durante años les han funcionado (o al menos eso creen, nadie se ha quejado suele ser su excusa para no dar el paso adelante).

Cuando se plantean cambios en la manera de actuar, en las dinámicas de colaboración entre profesionales, roles...,
siempre existe un grupo muy reticente a aceptar las novedades, cada uno con sus motivos personales, miedos o la más variopinta de las excusas.

Estos cambios, siempre hay que intentar presentarlos como una mejora e intentar captar adeptos para facilitar el proceso de cambio, la salida de la zona de confort y el camino o ruta a seguir con el nuevo proyecto. Pero a veces captar adeptos cuesta mucho..., los tótems son muy grandes y son capaces de frenar cualquier intento de salida de alguno de los miembros del equipo.

A ver si conseguimos que algún tótem de un paso..., seguro que el resto vendrá detrás y descubrirán que la salida de la zona de confort y entrada en zona desconocida facilita mucho el aprendizaje, la innovación y las relaciones entre profesionales que se encuentran en el mismo proceso de aprendizaje.